descarga el libro de Genesis en audio capitulos 1 al 25

miércoles, 26 de agosto de 2015

Genesis 43





Génesis 43

1 El hambre seguía abrumando la tierra.

2 Así pues, en cuanto acabaron de consumir el grano traído de Egipto,

les dijo su padre: «Volved y compradnos algo de comer.»

3 Judá le dijo: «Bien claro nos dio a entender aquel hombre que no

veríamos su rostro si no estaba con nosotros nuestro hermano.

4 Si mandas a nuestro hermano con nosotros, bajaremos y te

compraremos víveres;

5 pero si no le mandas, no bajamos, porque aquel hombre nos dijo:

“No os presentéis a mí si no está vuestro hermano con vosotros.”»

6 Dijo Israel: «¿Por qué para desgracia mía hicisteis saber a ese

hombre que teníais otro hermano?»

7 Dijeron: «!Él empezó preguntándonos por nuestra familia,

diciéndonos: ¿Tenéis aún padre? ¿Vive todavía vuestro padre? ¿Tenéis

algún otro hermano? Y nosotros nos limitamos a responder a sus palabras.

¿Podíamos saber que iba a decirnos: Bajad a vuestro hermano?»

8 Dijo Judá a su padre Israel: «Deja ir al chico conmigo; deja que

vayamos para vivir y no morir ni nosotros, ni tú, ni nuestros pequeños.

9 Yo respondo de él, de mi mano lo exigirás si no lo trajere aquí y te

lo presentare, y estaría yo en falta contigo a perpetuidad.

10 Que lo que es, si no nos hubiéramos entretenido, para estas horas

ya estaríamos de vuelta.»

11 Díjoles su padre Israel: «Siendo así, hacedlo; llevaos de lo más fino

del país en vuestras cestas, y bajad a aquel hombre un regalo, un poco de

sandácara, un poco de miel, almáciga y ládano, pistachos y almendras.

12 Tomáis también con vosotros el doble de plata y devolvéis

personalmente la plata devuelta en la boca de vuestras talegas, por si se

trata de un error.

13 Tomad, pues, a vuestro hermano y volved inmediatamente donde

ese hombre;

14 que El Sadday os haga hallar misericordia ante ese hombre, y que

él os despache y suelte a vuestro otro hermano, y a Benjamín. Por mi parte,

si he de perder a mis hijos, qué le vamos a hacer.»

15 Ellos tomaron dicho regalo y el doble de plata consigo, y asimismo

a Benjamín, y poniéndose en marcha bajaron a Egipto y se presentaron a

José.

16 José vio con ellos a Benjamin, y dijo a su mayordomo: «Lleva a

esos hombres a casa, mata algún animal y lo preparas, porque esos hombres

van a comer conmigo a mediodía.»

17 El hombre hizo como le había dicho José, y llevó a los hombres a

casa de José.

18 Ellos se asustaron porque se les llevaba a casa de José, y dijeron:

«Es por lo de la plata devuelta en nuestros sacos la otra vez, por lo que se

nos trae acá, para ponernos alguna trampa, caer sobre nosotros y reducirnos

a esclavitud, junto con nuestros asnos.»

19 Y acercándose al mayordomo de José le dijeron a la puerta de la

casa:

20 «Por favor, señor, nosotros bajamos anteriormente a comprar

víveres.

21 Pero resultó que cuando fuimos a hacer noche y abrimos nuestras

talegas de grano, nos encontramos con que la plata de cada uno estaba en la

boca de su talega, nuestra plata bien pesada, y la hemos devuelto con

nosotros,

22 y además traemos con nosotros más plata para comprar víveres.

Ignoramos quién puso nuestra plata en nuestras talegas.»

23 Díjoles: «La paz sea con vosotros, no temáis. Vuestro Dios y el

Dios de vuestro padre os puso ese tesoro en las talegas. Vuestra plata ya me

llegó.» Y les sacó a Simeón.

24 Luego los introdujo en casa de José, les dio agua y se lavaron los

pies, y les dio pienso para sus asnos.

25 Entonces ellos prepararon el regalo, mientras llegaba José a

mediodía, pues oyeron que iban a comer allí.

26 Al entrar José en casa, le presentaron el regalo que llevaban

consigo y se inclinaron hasta el suelo.

27 El les saludó y les preguntó: «Vuestro anciano padre de quien me

hablasteis, ¿vive aún?»

28 Y le dijeron: «Está bien tu siervo, nuestro padre: todavía vive.» Y

postrándose se inclinaron.

29 Entonces José volvió los ojos y vio a Benjamín, su hermano de

madre, y dijo: «¿Este es vuestro hermano menor, de quien me hablasteis?»

Y añadió: «Dios te guarde, hijo mío.»

30 José tuvo que darse prisa, porque le daban ganas de llorar de

emoción por su hermano, y entrando en el cuarto lloró allí.

31 Luego se lavó la cara, salió y conteniéndose dijo: «Servid la

comida.»

32 Y le sirvieron a él aparte, aparte a ellos, y aparte a los egipcios que

comían con él, porque los egipcios no soportan comer con los hebreos, cosa

detestable para ellos.

33 Sentáronse, pues, delante de él por orden de antigüedad, de mayor

a menor, y unos a otros se daban muestras de asombro.

34 El fue tomando de delante de sí raciones para ellos, y la ración de

Benjamín era cinco veces mayor que la de todos los demás. Ellos bebieron

y se alegraron en su compañía.


No hay comentarios:

Publicar un comentario